El diario de la Princesa (2001)

Mia recibe la inducción al trono por su abuela, La Reina Clarisse Renaldi, aunque estas no tardan en tener conflictos debido a que Mia no planea dejar su vida en San Francisco para gobernar Genovia, sin embargo, su abuela sigue empeñada en demostrarle lo divertido que puede ser gobernar su país. Su abuela le enseña los modales propios de una princesa, contrata al mejor estilista para cambiar la imagen de Mia. A lo largo de su entrenamiento, Mia adquiere más popularidad en la ciudad, ocasionando que tenga frecuentes problemas con su mejor amiga Lilly y su amor platónico, Michael.

La joven princesa deberá decidir si quiere conservar su vida en San Francisco o si desea ser la soberana de Genovia. Su abuela, en un banal intento de disculpas por su estricto comportamiento, le narra la historia de la separación de sus padres y la aconseja ante sus dilemas. Mia, agobiada por la presión, planea rechazar su derecho al trono, pero cambia de opinión tras leer una carta que su padre le había escrito mucho antes de fallecer. Finalmente, Mia se disculpa con su abuela Clarisse, hace las paces con su mejor amiga Lilly, recibe una declaración de amor de Michael y acepta púbicamente su título a princesa de Genovia.